Cuando se casa una de tus mejores amigas un hormigueo especial te recorre todo el cuerpo, no lo entiendes y te repites una y otra vez ¡pero si no soy yo la que se casa!. Pero los nervios no entienden de razón, sólo de emociones y sensaciones…¡gracias a Dios! Recuerdo ese día no sólo con mucho cariño, sino con emoción y la intensa alegría de saber que una de las personas a las que más quiero es todo lo feliz que se puede ser en un momento como ese.

Hasta aquí todo precioso, de color de rosa y pajaritos silbando, pero hay otra realidad. Cuando Lourdes me dijo que se casaba mi cabeza empezó a dar vueltas, tenía que ser una boda perfecta e inolvidable y yo como amiga que vive sus nervios, tristezas y alegrías tenía que hacerlo realidad. El novio estaba escogido ¡uf lo más importante ya esta! No podría haber elegido mejor, algo que no se aprecia cuando le conoces y tu amiga te pone ojitos para ver si ha pasado el examen; sino cuando en los ojos de la novia aparece ese brillo especial, cuando ambos suman y no restan, mejoran y crecen juntos. Éste era uno de esos casos, durante toda la relación se la veía feliz, resplandeciente, así que ¡si! había acertado. Ni qué decir tiene que éste es el mejor examen para las amigas y Tomás ¡lo aprobó con creces!

Vivimos en países distintos (¡¡menos mal que nos pilló en la era de la comunicación!!) Durante los meses previos creímos que Skype y WhatsApp iban a dejar sin servicio a medio mundo por nuestra culpa. Veíamos el titular “BODA EN ESPAÑA DEJA INCOMUNICADO A MEDIO MUNDO”. Pero es que las consultas eran importantes, inaplazables e ilimitadas: dudas sobre el vestido, ¿qué me sentara mejor?; sobre la iglesia, los adornos florales, la colocación de las mesas, el fotógrafo, el lugar de la celebración, en qué ciudad celebrar la boda… y lo más importante para mí, los detalles que dar a los invitados, ahí es donde mi papel de amiga que vive los nervios, tristezas y alegrías de la novia ¡¡entraba en juego!! Ella no es la típica novia, quería ser lo más original posible sin que la boda perdiera lo clásico de estos eventos, y creerme si os digo que lo consiguió, fue una boda elegante, clásica y llena de risas y sorpresas… pero voy a continuar justificando mi estatus de amiga ;).

El novio, Tomás, es militar así que el detalle tenía que ser algo con lo que él también se sintiera identificado. Finalmente, entre los tres llegamos a un diseño para las mujeres que encantó, personal, cercano y práctico: un llavero con un dibujito de los dos. En lugar de los colores pastel que normalmente eligen las novias nos decidimos por un lazo de la bandera de España. En la tarjeta que siempre hago como parte de la presentación, aparecía el mismo dibujo que en el llavero con el escudo de fondo de su arma: caballería. Para los chicos encontramos unos pen drive de tanque chulísimo, el vehículo por excelencia de ese arma, recuerdo las caras de los invitados, transmitían fascinación incluso antes de darse cuenta de su utilidad. Había conseguido mi propósito: el novio encantado, la novia también y yo orgullosa de contribuir a la buena marcha de este enlace tan personal.

Pero si para mí, lo más importante de la boda -además de la felicidad de mi amiga- eran los detalles para los invitados… ¿qué era lo más importante para Lourdes, además del novio? EL VESTIDO, eso si que fue un momento emocionante, destornillante y digno de ser recordado por los siglos de los siglos amén. Sólo diré que nuestros gustos, en este ámbito, son polos opuestos. Si ella quería manga corta, yo larga y así con todo. Una de las experiencias que dejan huella y marcan una amistad es acompañar a tu amiga en la elección de su vestido de boda, es un momento íntimo, de confianza máxima, de confidencias, risas incontroladas y nervios a flor de piel. Has sido la elegida por la novia para ser su apoyo.

Nunca olvidaré ese gran momento.

Podría definir esta boda, como la boda de los detalles y como no puedo contar todos, contaré alguno que emocionó a todo el personal. La novia toca varios instrumentos musicales y tiene un exquisito gusto musical y la hermana del novio, Marian, canta como los ángeles, así que en aquella iglesia no faltaba nada para que se celebrase la ceremonia perfecta. Tan perfecta que en ella estuvieron tanto los presentes como los ausentes.

Como ya os habréis hecho a la idea, se trata de una pareja especial, de esas que no dejan de ser especiales nunca, por eso unos meses antes decidieron hacer una despedida de su soltería conjunta, de tal manera que en la boda todos nos conocíamos y el ambiente que se creó entre todos los invitados fue de 10.

Llega mi momento favorito de la noche, el baile… como ya os dije no eran unos novios convencionales, y el baile tampoco lo fue, dejaron boquiabiertos a todos los invitados, bailaron un remix de varias canciones ¡con coreografía incluida! Como podes imaginar cuando llegó el momento de la barra libre todos los invitados estaban muy animados, pero las sorpresas no habían terminado. Al casarse un 20 de diciembre la típicas gafas, sombreritos y pelucas para hacer el “canelo”, no pegaban ¡no! En esto también innovaron, había gorros de papá noel, gafas con motivos navideños y un montón de boas y demás complementos todos acordes a la temática.

¡Muchas gracias amiga!